El vino blanco está de moda. Te contamos las claves del éxito.

 

Aunque las últimas tormentas parezcan decir lo contrario, el verano se encuentra llamando a la puerta. Casi sin darnos cuenta, en unas semanas seguro que casi todos nos encontraremos tomando el aperitivo en la piscina o en un chiringuito de playa, acompañando las raciones y viandas de una bebida refrescante con la que combatir el calor típico del período estival. O simplemente disfrutando de una terraza en buena compañía en algunas de esas urbes que se quedan medio vacías durante las vacaciones. ¿Verdad que sólo al pensarlo apetece abrirse una botella de vino blanco?
Reconozcámoslo. Durante años el vino blanco estuvo denostado. Se le consideraba de segunda categoría cuando se les comparaba con los tintos, y se decía que era una bebida que sólo se podía maridar con pescados y mariscos, la cual gustaba fundamentalmente a las mujeres. Nada más lejos de la realidad.
Y es que los últimos estudios demuestran que son estos caldos los que están liderando el crecimiento del consumo de vino en nuestro país, con cifras que incluso rozan el doble dígito. Y no son solamente las mujeres las que están protagonizando la edad dorada del vino blanco, sino que todos los estudios señalan que son los jóvenes los que realmente disfrutan cada vez más de aquel. En este post te explicaremos por qué.

El vino blanco es un producto ideal para adentrarse al mundo del vino por muchas razones.

En primer lugar, porque tienen menor graduación alcohólica que los tintos, lo cual los hace más bebibles. En segundo lugar, porque su mayor acidez se transforma en una mayor sensación de frescura en boca, convirtiendo a este vino en un rival de primera magnitud de la cerveza. Y, por último, porque suelen ser vinos donde la sensación frutal se hace más presente, lo cual también redunda en una mayor facilidad de trago.

El vino blanco es un producto muy versátil.

Se puede disfrutar de una copa bien fresquita simplemente leyendo un libro, pero también será un acompañante perfecto para un aperitivo. Y marida con muchas más cosas que con el típico pescado o marisco. ¿Has probado a acompañar tus ensaladas con vino blanco? ¿Y uno de esos magníficos arroces que se pueden disfrutar por toda la geografía española? El vino blanco acompaña estupendamente carnes blancas, pero también comidas asiáticas (nuestro Verdejo especial le va de cine al Sushi), pastas y pizzas o ciertos quesos. Pero no solamente eso, sino que cada tipo de uva te ofrecerá unas sensaciones diferentes y sorprendentes. El Verdejo poco tiene que ver con la Godello. Y el Albariño tampoco se parece en nada al Chardonnay. ¿Quién dijo que la riqueza enológica de estos vinos era menor que la de los tintos?

Vinos blancos para todos los gustos.

Pueden ser espumosos, jóvenes, jóvenes con ligero paso de barrica (los llamados Fumées), fermentados en barrica, dulces y semidulces. Cada uno acompañará bien diferentes momentos. Por ejemplo, un dulce de vendimia tardía, se convertirá en tu mejor aliado para aperitivos de foie. Y si quieres sorprender a tus invitados en invierno, te aconsejamos que prepares un buen cocido madrileño y que lo acompañes de un blanco fermentado en barrica, como nuestro PR3.

El vino blanco en general es más barato y asequible para casi todos los bolsillos.

Por 5 ó 6 euros puedes encontrar auténticas gangas como nuestro PRADOREY Verdejo, lo que hace mucho más sencilla su adquisición para la gente joven.

El vino blanco se puede hacer también exclusivamente con uva tinta.

¡Así como lo oyes! Como dicen nuestras encuestas que realizamos a todos aquellos que nos vienen a visitar, El Cuentista de PRADOREY, fiel exponente de estos Blanc de Noirs (así es como se llaman estos vinos), es uno de los favoritos de la gente joven.

Así que ya lo sabes. Cuando comiences tu veraneo, márcate un tanto eligiendo un vino blanco que acompañe tus mejores momentos. Y lo más importante, brinda y disfrútalos con quienes más quieres. El vino, acompañado, siempre sabe mejor.
¡Salud!

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