En la cultura mediterránea, el picoteo es mucho más que comer: es un momento de encuentro, de conversación y de placer compartido. Pero detrás de cada combinación acertada hay algo más profundo: el arte de maridar. picoteos
Maridar no es simplemente elegir un vino para acompañar un plato. Es crear una conexión entre ambos, donde cada uno resalta las virtudes del otro. El vino puede intensificar los aromas de un alimento, limpiar el paladar o prolongar su sabor; pero la comida también transforma al vino, haciéndolo evolucionar en boca. Un bocado salado puede suavizar sus taninos, una textura grasa resalta su frescura, y un toque ácido puede hacerlo más redondo y afrutado.
Ese diálogo entre sabores y sensaciones convierte cada encuentro en una experiencia nueva. No se trata de seguir reglas, sino de buscar armonía, equilibrio y emoción en cada combinación.
Aquí te proponemos siete picoteos originales y fáciles de preparar, junto con los vinos Pradorey que mejor acompañan cada uno, pensados para disfrutar del placer de maridar sin prisas.
Chips de calabaza con sal en escamas
Crujientes, ligeros y con un punto dulce natural, estos chips de calabaza al horno se convierten en un bocado ideal cuando buscas algo diferente y saludable. Para acompañarlos, un vino fresco y con notas de fruta de hueso, como Pradorey Finca La Recorba resalta la suavidad de la calabaza y aporta un contraste que limpia el paladar.
Croquetas cremosas de boletus y trufa
El sabor profundo de los hongos es un clásico del otoño. Estas croquetas, con un toque de trufa, son pura textura y aroma, ideales para acompañar conversaciones largas junto al calor de una copa. Un vino blanco con cuerpo y matices de barrica, como El Cuentista, resalta los tonos terrosos del boletus y aporta un punto de frescura que equilibra la untuosidad del bocado.
Tostaditas de pera asada, ricotta y miel de romero
La suavidad de la pera asada se funde con la cremosidad de la ricotta y el toque aromático de la miel de romero, creando un bocado delicado y equilibrado. Su dulzor natural y sus notas melosas combinan a la perfección con Pradorey Finca Los Quemados, un blanco con buena acidez y matices frutales, que aporta frescura y realza los aromas de la fruta.
Mini tostadas de caballa en escabeche con cebolla roja
La caballa en escabeche aporta personalidad y un punto ácido que pide un vino capaz de acompañar su intensidad sin perder equilibrio. Aquí resulta interesante un tinto de perfil elegante, como un Pradorey Élite, cuyas notas especiadas y su tanino pulido se integran con el pescado y la cebolla, creando un maridaje inesperado y muy sabroso.
Dátiles rellenos de queso azul
Un bocado pequeño que combina la cremosidad y la sal del queso con el dulzor del dátil. El resultado es intenso y goloso, por lo que necesita un vino con cuerpo y taninos suaves que equilibren el conjunto. Nuestro vino de autor Adaro ofrece esa estructura y un fondo de fruta madura que redondea el contraste.
Bastones de boniato al horno con salsa de tahini y lima
El boniato asado aporta un sabor dulce y suave que contrasta con la acidez de la lima y el punto tostado del tahini. Para acompañar este aperitivo, un vino joven y fresco como es Salgüero Rosado, que aporta un contrapunto vivaz y un perfil frutal que refresca cada bocado.
Endivias con crema de yogur, hierbas frescas y anchoa
Ligeras, crujientes y con un frescor que limpia la boca, estas endivias rellenas de yogur con menta y eneldo son perfectas para abrir el apetito. En este caso, la compañía de un rosado delicado como Pradorey Finca La Mina refuerza la sensación de ligereza y acompaña las notas herbales sin imponerse.
Consejos prácticos para acertar con el maridaje
Si quieres que tu mesa de aperitivos sea todo un éxito, conviene tener en cuenta algunos aspectos sencillos:
- Servir en orden: Empieza por los bocados más suaves y termina con los más intensos.
- Respetar temperaturas: Los blancos y rosados, siempre fríos sobre unos 9 y 11°C; los tintos jóvenes, ligeramente frescos.
- Equilibrar texturas: Los platos más grasos agradecen vinos con buena acidez que limpien el paladar.
- Buscar variedad: Si ofreces varios aperitivos, combina al menos dos estilos de vino para que cada invitado pueda descubrir su maridaje favorito.
Un picoteo bien planteado no requiere complicarse. Lo importante es la armonía entre sabores, la temperatura justa y la curiosidad por probar combinaciones nuevas. Cuando vino y bocado se acompañan de verdad, el momento se convierte en un pequeño placer que marca la diferencia.
 
								
